La que no fue sellada para el canon, letra sin academia,sin editorial, sin premio, letra de autopublicación...letra de Blog

domingo, 25 de noviembre de 2007

Observaciones al “Sujeto Fractal”[1]

Resumen: Con este breve racconto, quizás demasiado cercano, hemos querido instituir un grupo de preguntas pertinentes a futuro, preguntas que quizás ya se viene intuyendo desde el mismo impacto de la radiofonía y la televisión y que finalmente se nos hacen sumamente patentes al adentrarnos a este primer resumen de la hipervirtualidad y la producción estética, y ciertamente autoral,: el blog.





En la lógica de tal sujeto, fractal, desfigurado por la escición y la serialización vacia de si mismo, la existencia inmaterial e inminente desde la prevalencia de la semiósfera infinita que reproduce el fractal, la generación de acontecimientos se transforma, trasviste, genera o consuma según el lente ideológico que queramos aplicar, o mejor según nuestros diferentes modos de significar el mundo generacionales, insertada sobre el continuum que el mismo autor ha definido como videósfera, es decir el estadio de la imagen enmascaradora y enmascarada de su vacío, o bien de su ausencia de sentido, vaciamiento que creemos implicará una nueva categoría de sentido o bien la obsolescencia final en algún momento de la concepción de sentido, y por ende de la concepción de arte y de humano.

La crítica puntual contra la disolución del sujeto, es imprevisible la existencia a futuro de algo que lo reemplace, está dada por la “inserción (reemplazo) de un idéntico en su idéntico”, así la copia genera copias a su momento dotadas de autonomía, mediada tecnológicamente. Así para Baudrillard la pantalla, terminal receptora, no necesariamente en arna una mirada.

La crítica dura desde esta idea, aunque inicialmente se refiere a un grupo de fenómenos técnicos predecesores al que actualmente nos convoca, el blog, es puntualmente que la reproducción no genera democracia, en el sentido de libertad potencial, sino que virtualiza masivamente a un sujeto, lo colectiviza, serializa, y lo escinde de su identidad, anulando por lo tanto el discurso que suele subyacer a los practicantes de un discurso de la libertad virtual.

Las bases de este discurso podrían estar radicadas en traumas civilizatorios propios de la historia cerna de occidente, traumas que ya visibilizó con claridad el existencialismo de entreguerras y la visiones distópicas de la literatura de adelantamiento: la presencia de un big brother, del soma, la droga que intercede entre el individuo y la sospecha de un horror vacui, en Huxley, o modernamente de un Matrix, que por cierto es claramente la alusión a un relato virtual de la realidad que la suplanta a nivel de la consciencia de existir de cada individuo,[2] ahora existente en la mera interface de las representaciones teletransmitidas[3].

La visión cuasi apocalíptica aquí presentada esta siempre vincula, como se sobreentiende, a la disolución del individuo histórico de occidente, disolución que incluso podemos abarcar desde una perspectiva generacional, en la que ya somos, quizás a manera forzada, más seres del año 0 que del 90, que nos permite decir, y esto es casi grosero, que tal disolución es un hecho acabado, que somos una interface y que seguramente las próximas generaciones ya comprenderán esa condición como un hecho natural y cada vez menos anecdótico, que lo apocalíptico de los teóricos de la post modernidad es una concepción aún mediada por el viejo pensamiento y que en ese sentido esta aún permeada por una moral, una ética hacia la ontología del sujeto, obsoleta. Es la menos una mirada posible desde la ubicuidad del sujeto, fenómeno claramente visible en el blog, y que según creemos nos es visible aún precisamente por nuestra condición generacional de tránsito entre ambas gamas de concepciones y sus modelos de realidad y por lo tanto de cultura.

Para Gallino, estos son definibles como modelos ónticos alimentados primariamente por elementos intrínsecos a la condición humana pero que mayoritariamente son productos de la cultura, siendo la contribución del actor ínfima.[4]

Y continua con una pregunta sumamente interesante en el contexto de la acepción apocalíptica que reseñamos con anterioridad:

“...frente a los MMMM(...) no se trata de defender una libertad que no se constató jamás en el pasado. Quizá se trate de establecer si los media son aptos para ofrecer una nueva forma de libertad que en abstracto parecería muy grande; o una nueva forma de ocupación por parte de fuerzas externas de los espacios mentales en los que el actor social se representa sus propios referentes, sus relaciones con estos, sus propias acciones y consecuencias...”[5]


Notas





[1]Jean Baudrillard. Videosfera y Sujeto Fractal.
[2] Orwell en 1984, Huxley en Un Mundo Feliz, Hermanos Wachowsky en la trilogía Matrix.
[3] Paul Virilio en El último vehículo.
[4] Luciano Gallino, El problema MMMM (Modelos Mentales Mediados por los Media)
[5] Idem

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